lunes, 13 de diciembre de 2010

EL ETHOS MUSICAL

Los antiguos griegos pensaban que la música tenía cualidades morales, que afectaba al carácter y al comportamiento del individuo. Este pensamiento encajaba con la idea de la cosmología musical de Pitágoras.


Aristóteles explicó las cualidades morales de la música con la teoría de la imitación, que consistía en lo siguiente:
La música transfiere al alma la pasión que representa. Esta pasión puede ser dulzura, ira, valor, templanza o sus opuestos. Así, al escuchar música que representa una pasión determinada, el individuo sentirá dicha pasión. Es más, a largo plazo, un individuo que escuche música que represente pasiones innobles será un individuo innoble. De esta manera, los individuos que escuchan música censurable son censurables y los individuos que escuchan música idónea son idóneos.


Platón y Aristóteles diseñaron un sistema de educación pública para crear individuos idóneos basada en dos disciplinas: la disciplina del cuerpo, la gimnasia, y la disciplina de la mente, la música.
Platón advertía que era muy importante lograr un equilibrio, una justa proporción entre las dos disciplinas, ya que el exceso o el defecto en cualquiera de ellas impedía la creación del individuo idóneo, y restringía los modos musicales que debía escuchar el individuo según el tipo de educación que estaba recibiendo.
Aristóteles era más permisivo en este aspecto e incluso aceptaba que el individuo escuchase música para su deleite y su entretenimiento. Además, introdujo el proceso de katharsis, un proceso de purificación del alma a través de la visualización y la escucha de pasiones representadas dramática y musicalmente.

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